COP 30: El Grupo de Trabajo sobre los Derechos Campesinos pide un cambio claro en la política climática mundial
Entre el 10 y el 21 de noviembre se desarrollará en la ciudad de Belem do Para la 30° Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) con la asistencia de representantes gubernamentales, científicos y organizaciones de la sociedad civil. El Grupo de Trabajo de la ONU sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales manifestó en una detallada declaración su posición sobre este evento mundial.
La COP es el encuentro anual más importante del mundo sobre cambio climático; y es el espacio en donde se encuentran los estados parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El objetivo es visibilizar la crisis climática, la influencia de la acción humana en este proceso y consensuar medidas entre los Estados parte para mitigar sus efectos. La primera COP se realizó en 1995 en Berlín y, desde entonces, se organiza anualmente. Esta nueva edición se produce a 10 años del Acuerdo de Paris, tratado internacional vinculante que estableció la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados (°C) respecto a niveles preindustriales.
En su declaración el Grupo de Trabajo comienza diciendo que las comunidades rurales ya no deben ser vistos solo como víctimas de la crisis climática, sino que como sujetos centrales en la construcción de la justicia climática y exige que los estados avancen en un cambio radical en la política de cuidado del ambiente. Más de 2 mil millones de campesinos producen el 70 por ciento de los alimentos que se consumen en el mundo “sin embargo, reciben menos del uno por ciento de la financiación climática mundial y a menudo están excluidos de las decisiones clave sobre el futuro de la alimentación y el clima. Este desequilibrio debe terminar” afirma la declaración.
Uno de los ejes centrales en los debates que se desarrollaran durante la COP30 es el financiamiento climático, estableciendo como unos de los principales desafíos de esta Conferencia dar cumplimiento al Artículo 9 del Acuerdo de París, estableciendo indicadores concretos sobre cuánto debe aportar cada Estado parte. En ese sentido, se pretende profundizar sobre la hoja de ruta Bakú-Belém, acordada en la COP29, donde se planteó como meta movilizar 1,3 billones de dólares por año para mitigación, adaptación y compensación de pérdidas y daños.
Respecto del financiamiento climático el Grupo de Trabajo sobre los Derechos Campesinos pide en su declaración canales de financiación especiales dentro de los fondos climáticos para apoyar directamente a los titulares de derechos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP). En el comunicado se afirma que “las inversiones deben centrarse en la agroecología y otros métodos locales que reduzcan las emisiones y protejan la naturaleza” poniendo el foco en las mujeres que cumplen un rol fundamental para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria.
Foto de EFE_ Fraga Alves
De manera contundente la declaración citada afirma que “los Estados deben incluir los principios contenidos en la UNDROP”. Estableciendo como prioritario los artículos que hacen referencia al derecho a la tierra, las semillas, el agua, la biodiversidad y la participación, en los planes climáticos que construyan los estados. “Las políticas climáticas que pasan por alto estos derechos corren el riesgo de aumentar la pobreza, el desplazamiento y el hambre”, concluyen.
En su comunicado el Grupo de Trabajo por los Derechos Campesinos de ONU establece una serie de acciones para que los estados desarrollen. Afirman que los estados deben garantizar que todos los fondos, mecanismos, propuestas y soluciones respeten los derechos humanos individuales y colectivos. Proponen que se reformen y adapten las políticas de financiamiento climático para que puedan acceder los titulares de derechos de la UNDROP. Que las comunidades rurales tengan una participación significativa en la construcción de soluciones a la crisis climática. Por último, exhortan a los gobiernos a aumentar el compromiso de diálogo con las organizaciones campesinas y los pueblos indígenas para planificar transiciones justas, informadas por los derechos de la UNDROP.
